Pues resulta ser que Don César Guerrero Tamayo, autor del popular pasillo, luego de varios intentos fallidos por encontrar el título adecuado, se sentó a la sombra de un árbol de aguacate como buscando inspiración (al estilo de Newton) cuando desde lo alto su hijo dejó caer sobre él uno de los frutos que intentaba recoger.
En ese mismo instante el autor decidió llamar así a su composición "El aguacate":
"Tu eres mi amor, mi dicha y mi tesoroLeído en la revista Terra Incógnita
mi solo encanto y mi ilusión..."