octubre 16, 2008

Camino al Sarahurco

El Cayambe visto desde las laderas del Sarahurco.

Llevábamos dos horas de caminata del segundo día de expedición y durante un corto descanso Ramiro me preguntó si alguna vez imaginé estar en este lugar. Lo pensé un instante y respondí.

-Claro que si, pero solo después de leer el libro de Whymper-

Y esa era la verdad, pues antes de eso el Sarahurco nunca despertó en mí ningún interés, es más, puedo decir sin una pizca de vergüenza que ni siquiera sabía en donde estaba ubicado.

Descubrir aquella mágica y misteriosa montaña en el relato de Edward Whymper, no hizo más que alimentar el deseo de conocerla, recorrer sus páramos, sus pantanos, cruzar sus ríos y soñar con el día en que pueda conquistar su cumbre.


¿Pero cómo fue posible pasar tantos años de mi vida sin saber donde quedaba exactamente? o peor aún, ¿cómo fue posible vivir tan cerca y no haberla visto nunca?

La respuesta es sencilla, el Sarahurco es una montaña que a pesar de estar relativamente cerca permanece aislada, ya que desafortunadamente (o afortunadamente, no lo sé) está a 8 horas de camino desde el centro poblado más cercano. Su singular posición y situación geográfica la han convertido en un verdadero refugio natural de flora y fauna con un ecosistema prácticamente intacto.

Con todos estos antecedentes, no hicieron falta más razones para sumarme a la expedición que organizaba el Club de Andinismo del Colegio Montúfar y Páramo Andino.

Fueron tres días de excursión, con un promedio de nueve horas diarias de exigente caminata sobre terreno pantanoso, pajonales y bosques, atravesando paisajes inhóspitos adornados por lagunas y caprichosos ríos, así como por profundos valles y un clima cambiante e impredecible.

La curiosa forma del río Doblado Volteado. 

A pesar del gran esfuerzo que hicimos no pudimos alcanzar la cumbre, que desde el punto más alto al que llegamos, se presentaba todavía muy distante. Resulta muy frustrante llegar tan lejos y no alcanzar el objetivo, sin embargo tuvimos la suerte de ver por un instante a este gigante oriental entre la espesa bruma y registrarlo con nuestra cámara. Un recuerdo que nos servirá para mantener intacto el deseo de conquistar su cumbre en un futuro cercano.

No solo fue una experiencia inolvidable por ser la montaña que despertó tantos sueños, sino también porque pudimos compartir esta experiencia con un grupo de gente espectacular y auténtica, como son los muchachos del Montúfar. Mi agradecimiento y admiración para todos ellos y espero que la montaña nos vuelva a poner en la misma ruta de una nueva aventura.

Más fotos de la aventura...

5 comentarios:

El Apestado dijo...

Buen lugar para perderse...

Silvana Tapia dijo...

Hermoso... cuántos lugares así se esconderán sin que nos demos cuenta de la belleza que nos rodea :)

Anónimo dijo...

Algún rato q deje de andar con chancletas me voy allí...me dejaron feliz esas fotos.

Saludos.

Juan Pablo Lemarie dijo...

Hola tienes mas informacion sobre como llegar a esta hermosa y remota montaña? me interesa intentar subirla.

Saludos,

JP

Anónimo dijo...

Muy bueno el blog y las fotos, quiesiera interntar subir al saraurco me puede ayudar con informacción a mi mail wikiko19@hotmail.com gracias