agosto 25, 2008

¡REFLEXIONA!



“Solo cuando hayas talado el último árbol,
quemado los paramos,
captura
do el último pez y contaminado el último río, sabrás que el dinero no sirve”

Así nos recibía el Iliniza, con una contundente reflexión sobre lo cegados que estamos por el dinero que nos impide ver lo realmente importante...

Con cielo despejado y una agradable temperatura, nuestro objetivo (Iliniza Norte 5.126msnm) se nos mostraría durante todo el ascenso. Empezamos a caminar exactamente a las 9 de la mañana y tras una hora atravesando pajonales y bosques de polylepis, llegamos a la “Ciudad Encantada” un mágico sitio donde existe un árbol de papel que se ha convertido en la postal obligada de todo montañero que visite el lugar.

Luego de hidratarnos y comer algo continuamos nuestro camino hasta llegar a la base de la arista que conduce al refugio. Desde ahí pudimos observar al Cotopaxi y al Iliniza Sur en todo su esplendor.

La arista al refugio es un arenal empinado que se convierte en el primer gran y real obstáculo para quienes quieren conquistar la montaña, requiere de un gran esfuerzo físico por lo que generalmente se debe hacer más de una pausa. Nosotros sin embargo, nos detuvimos en una sola ocasión y justamente en una gran roca que marca la mitad de la exigente arista.

Sin entrar al refugio, recuperamos el aliento por un par de minutos y contemplamos la pared sur del Iliniza Norte completamente nevada (hace mucho tiempo que no la había visto así). Desde ese momento fue evidente que no podríamos hacer cumbre, pues fuimos sin equipo de hielo y nieve, confiados que la montaña presentaría condiciones normales.

Ascendimos un poco más, hasta una especie de plató que hay entre los dos picos y nos dirigimos a la entrada de la ruta normal. Intentamos subir unos metros, pero sin el calzado adecuado era demasiado riesgoso ya que la roca estaba totalmente resbaladiza. Así fue que un poco frustrados por no poder hacer la cumbre decidimos descender y dirigirnos a una laguna que hay en una especie de cráter en medio de las dos montañas y que está a unos 30 minutos de caminata.

Una vez ahí, comimos y descansamos por varios minutos, caminamos por los alrededores y bordeamos el pequeño cráter para obtener otro ángulo con nuestra cámara. La temperatura comenzó a descender bruscamente y decidimos emprender el retorno, no sin antes sorprendernos por un deslizamiento de la placa de nieve acumulada en la cara sur del Iliniza Norte, que se había venido abajo mientras nosotros estuvimos en la laguna.

Contrario a lo que sucedió en la mañana cuando iniciábamos nuestra aventura, la montaña nos despedía con una inusual llovizna de verano.

Mas fotos de aquí...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente post. Yo soy amante del Hiking y de vez en cuando me subo a las montañas pero es todo un reto y algún rato voy a necesitar aprender más así que consejos serán bienvenidos.

Buen blog y saludos.

w.

Fabrisaurio dijo...

Willburn, será un placer mostrarte todos los lugares que vayamos visitando.