diciembre 09, 2006

Mi mamá no me permite hablar con extraños

La vida en Internet debería ser como la vida real. Si en la vida real tus padres no te permiten hablar con extraños, ¿qué te hace pensar que estarán de acuerdo con que lo hagas en el Chat?

Mucho se ha dicho acerca de los abusos que pueden sufrir los niños a través del Internet, pero como en muchos aspectos de la vida uno no toma real conciencia, sino, hasta que lo vive de cerca.

Hoy ha venido "El Emilio", un pelado de unos 12 o 13 años que viene un par de veces por semana. Usualmente se queda una hora, revisa su mail, utiliza el Messenger y realiza las consultas del colegio. Imagino yo, que por lo menos las dos terceras partes de esa hora las dedica a la diversión y apenas una tercera parte al trabajo. Práctica común entre los estudiantes de hoy la verdad sea dicha.

Pero hoy, inesperadamente llegó la mamá del querubín y con una mirada inquisidora me dijo -¿El Emilio trabaja o se divierte cuando viene por acá? - Yo, bastante desconcertado le respondo -se divierte... mientras trabaja señora-, al tiempo que le esbozo una incomoda sonrisa.

Mientras tanto, el desconcertado Emilio, no atina a cerrar los programas que tenía abiertos. Su madre se apodera del PC y empieza a revisar todo. La búsqueda dura sólo unos segundos y entre el hi5, la Wikipedia y el Google, se topa con una ventana abierta del Messenger donde su querubín mantenía una conversación.

Furiosa se abalanza sobre teclado, escribe sin parar por algunos segundos y luego espera respuesta. Una vez más digita con furia y luego cierra el programa.

¡Pero qué fue lo que leyó!... jamás lo sabremos y ¡Qué fue lo que escribió! Tampoco.

Lo que si me quedo clarísimo, es lo que me dijo "El Emilio sólo puede utilizar el Internet para hacer consultas, si usted ve que está chateando ¡POR FAVOR, CIÉRRELE EL PROGRAMA! No me gustan esas personas, ni lo que escriben".

No sé porque, pero me sentí como si le hubiera vendido cigarrillos a un niño.

Pero por otro lado, esto tampoco es una guardería y si bien es cierto que tengo fuertes restricciones y no permito el acceso a páginas con contenido sexual (así sean adultos), tampoco puedo controlar con quien chatean los clientes, ni tampoco decirles que temas están permitidos y cuales no.

Si un menor de edad acude a mi negocio, asumo que lo hace con el consentimiento de sus padres y aunque no lo tuviera, no le puedo negar la entrada, pues no estamos hablando de un "antro" ni mucho menos, sino simplemente de un Cybercafé, en el que ni siquiera vendo bebidas alcohólicas, ni permito que se fume, pues este negocio fue concebido para brindar un servicio de Internet decente, en un ambiente sano, respetuoso y seguro, dirigido a un público de todas las edades.

Lastimosamente el mundo está cada vez más loco y talvez en un futuro, tengamos que restringir el ingreso a menores, irónicamente, para protegerlos de los abusos.

2 comentarios:

Garullas dijo...

Perra suerte la de estar por debajo de los extraños secretos de la CIA y sus aledaños. Aunque Europa dice no inmiscuirse con su gente, no creo que sea del todo cierto.
El punto de la intromisión en la intimidad personal es tema de debate amplio. Sin embargo, inmiscuirse en la vida de cada hijo si es labor de un padre. El problema de cada padre es como extender sus tentáculos.

Garullas dijo...

por cierto...tengo algo que decir de los nenes.
Ahi va mi link personal a mi comentario, son nuestros tesoros y a cuidarlos.
http://demedando.blogspot.com/2007/03/el-mundo-del-nio.html